20.11.06

Milton Friedman, in memoriam

Foto: University of Chicago Press

"Underlying most arguments against the free market is a lack of belief in freedom itself".
Milton Friedman

Las críticas que se hace a los aportes de Milton Friedman suelen ser poco adecuadas y muestran una falta de comprensión de sus propuestas. El triunfo de la libertad, que estuvo siempre en la base de las ideas de Friedman, en varias batallas contemporáneas, y el paso a la fortaleza del monetarismo, abandonando el keynesianismo, se refleja en diversos campos.

Hoy, la mayoría de países desarrollados y de economías emergentes exitosas basan su fortaleza en un adecuado manejo de la banca central, junto a políticas fiscales responsables y un menor impulso a la búsqueda del pleno empleo, que hace algunas décadas trajo efectos económicos devastadores. Como aspecto teórico, el abandono del control de la demanda, que llevaba a la inflación, dio a los gobiernos una nueva vía para lidiar con las recesiones.

El éxito de la experiencia monetarista en Chile ha sido siempre un buen ejemplo de lo efectivas que son las políticas que proponía Friedman, algo que olvidan quienes critican el que se relacionase con el gobierno de Pinochet. Es importante recordar que Friedman era un académico con una propuesta específica sobre la economía que no tenía reflejo en los abusos del dictador chileno; para todos los efectos, el monetarismo explica mucho del éxito chileno.

Su propuesta de ayuda económica para los pobres que trabajan, por oposición a los pobres desempleados, ha llevado a una drástica disminución de la pobreza en los EEUU. Esto ha sido confirmado por cifras recientes, que muestran el impacto positivo de la política de apoyo a quienes trabajan, logrando mayor bienestar en sus hogares. Con el mismo espíritu, el uso de vouchers en la educación ha sido más resistido, pero por lo menos su justificación llevó a que se implemente mayor libertad de elección en la educación pública, lo que generó competencia y mayor calidad.

Su sugerencia sobre la voluntariedad del servicio militar ha tenido la virtud de salvar muchas vidas y exponer sólo las de aquellos que consideraban que valía la pena hacerlo. Es deleznable que haya guerras, y que deba perderse vidas en su nombre, pero el sistema voluntario evita las distorsiones –e injusticias- que proponía el servicio militar obligatorio. Los señores de la guerra tienen que justificar mejor los conflictos, y eso lleva a una mayor fiscalización de la ciudadanía sobre los ministerios de defensa. Es decir, ganan todos, incluso quienes consideran que ir a la guerra les es un buen negocio.

Milton Friedman ha sido vilipendiado por su relación con Pinochet, Reagan y Thatcher. Creemos que quienes actúen de ese modo no ven más allá: no es sostenible que Friedman haya tenido que ver con los excesos que esos u otros gobernantes hayan podido cometer, y no es parte de su obra ofrecer una justificación para afectaciones a los derechos humanos, restricciones políticas o un alineamiento con el realismo en la política exterior. Cerrarse en aspectos formales evita comprender por qué el desarrollo capitalista liberal actual le debe tanto a uno de sus más insignes promotores.

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